X

Browsing Nuestra Comunidad Hispana

Domingo, 1 de Mayo: III Domingo de Pascua

“Se retiraron… felices de haber padecido aquellos ultrajes
(Hechos 5, 41)”


¡Eso suena un poco extraño! ¿No seria mas razonable pensar que los apóstoles estarían agradecidos de salir vivos de ese juicio? Seguramente si, pero pareciera que estaban mas felices de haber sido encontrados “dignos” de ser arrestados, amenazados y  flagelados por su propio pueblo (Hechos 5, 41).

¿Por qué los apóstoles pensaron de esa forma? La respuesta se encuentra en una simple línea del pasaje de hoy. Al explicarse
frente al sanedrín, Pedro y los otros dijeron: “El Dios de nuestros padres resucito a Jesús, a quien ustedes diron muerte 
colgándolo de la cruz” (Hechos 5, 30).

¡La resurrección de Jesús cambio todo! Ellos lo habían visto soportar una muerte agonizante y regresar vivo de entre los muertos lleno de la gloria de Dios. Con sus propios ojos, vieron la prueba definitiva de que la muerte había sido vencida. Ese no era el final de la historia de Jesús y tampoco era el final de la de ellos.

Unos setenta y cinco años después de este evento, un obispo de Antioquia llamado Ignacio dijo algo similar. Él había sido arrestado por su creencia en Cristo, y mientras iba camino a su ejecución en Roma, escribió a los cristianos que se encontraban ahí y les suplico que no interfirieran. Ignacio había vivido una  vida larga, y la muerte no le causaba temor. De hecho, la esperaba con impaciencia. “Dejadme que sea entregado a las fieras”, escribió, “puesto que por ellas puedo llegar a Dios” (A los romanos, 4).

Tanto Pedro como Ignacio nos dicen que las puertas del cielo se han abierto para nosotros.

Amen.


Eventos
Viernes a las 7 PM:                                                          Exposición de Santísimo
Sábado, 7 de Mayo a las 4PM                                         Primera Eucaristía

Comments

There are no comments yet - be the first one to comment:

 

Subscribe

RSS Feed

Archive


Access all blogs

Subscribe to all of our blogs