The Catholic Community of Northern Columbia County

“Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judios y locura para los paganos.” (1 Corintios 1, 23)

Pamela estaba comprando una vieja mesa en un mercado de pulgas cuando un hombre le advirtió que no era estable y no se sostendría. Aunque esto representaba un problema, ella la compro de cualquier manera.

En 1975, un amigo le habló a Juan sobre una nueva compañía de programas de computación en la que estaba pensando invertir. Convencido de que esto era un fracaso, el papá de Juan catalogo la inversión como una locura, una pérdida de dinero, pero Juan no escucho. Siguió adelante y compró algunas de las acciones en la bolsa.

Años más tarde, Pamela consiguió que le tasaran su mesa y descubrió que era una valiosa antigüedad con un costo de cincuenta mil dólares. La inversión de Juan en una poco conocida compañía llamada Microsoft se multiplicó una y otra vez y Juan obtuvo una cuantiosa suma de dinero. ¿Un escándalo? ¿Una locura? Quizá, pero estas son las mismas palabras que San Pablo utiliza para describir el mensaje del evangelio. La imagen de un Mesías crucificado era un escándalo para los judíos.

Sin embargo, algunos cuantos judíos y griegos aceptaron las palabras de Pablo, creyeron en Jesús y entregaron su vida por el. ¿Y el mensaje único que conformaba el fundamento de la fe que ellos proclamaban? ¡Era el mensaje de un Mesías crucificado y resucitado!

Al recibir hoy a Jesús en la Eucaristía, permitamos que la “locura” de ese mensaje penetre en nuestro corazón. Amen.