The Catholic Community of Northern Columbia County

“¿No sabían que debo ocuparme de las cosas de Padre?” (Lucas 2, 49)

¿No te parece que el Evangelio de hoy es consolador? Si el Hijo de Dios, su madre que nació sin pecado y su santo padre adoptivo tienen dificultades para comprenderse entre sí, ¡hay esperanza para todos nosotros!

Al celebrar la fiesta de la Sagrada Familia, escuchamos el relato de cuando Maria y Jose encontraron a Jesús en el templo. Quizás es la anécdota de la vida de Jesús con la que más podemos identificarnos. Jesús, de doce años de edad, se queda atrás en lugar de partir de Jerusalén junto con su familia. Sus padres lo buscan angustiados por todo lado y finalmente lo encuentran: sentado en el templo entre los maestros de la ley, hablando con una sabiduría que supera por mucho la edad que tenía. Maria y Jose manifiestan su preocupación, pero Jesús les responde: “¿No sabían que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?” (Lucas 2, 49). ¡Por supuesto que no lo saben! ¿Cómo lo iban a saber? Jesús era un misterio, incluso para sus padres.

Probablemente pasaron muchos años orando y meditando la Escritura bajo la inspiración del Espíritu Santo. Pero a pesar de su total incomprensión, vivieron fielmente, se amaron el uno al otro pacientemente y confiaron en el plan de Dios para su familia. El Espíritu puede darte todos los dones de comprensión y amor, paciencia y tolerancia. Posiblemente no sean una familia perfecta, pero pueden convertirse en una familia santa mientras crecen “en saber, en estatura y en el favor de Dios” (Lucas 2, 52).

“Jesús, Maria y Jose, ¡rueguen por nosotros!” Amen