The Catholic Community of Northern Columbia County

“Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros” (Juan 1, 14)

Este es un hermoso versículo para meditar en el dia de Navidad, y es precisamente lo que vamos a hacer. La Palabra… Antes del principio de los tiempos, antes de hacerse como uno de nosotros y de adoptar el nombre de Jesús, el Hijo de Dios era un espíritu puro. Era el deleite de su Padre, y todos los ángeles lo adoraban. Su belleza y majestad dio luz a las más grandes estrellas, mientras con cuidado e interés protegía a las más pequeñas de las criaturas. El es la Palabra en la cual toda la creación encuentra su significado.
Se hizo hombre… Milagrosa e inexplicablemente, esta Palabra todopoderosa que existía “en el principio” y “estaba con Dios”
adoptó la forma humana (Juan 1, 12). No estaba simplemente “jugando a disfrazarse”. El, que era completamente libre de pecado aceptó toda la debilidad y las vulnerabilidades de nuestra fragilidad humana. Aunque seguía siendo Dios, se hizo hombre como nosotros, con un cuerpo que podría desgastarse y un corazón que podía romperse.

Y habitó entre nosotros. Lo que resulta más sorprendente es que la Todopoderosa Palabra de Dios adoptó nuestra humanidad para siempre. Su naturaleza divina se entrelaza con nuestra naturaleza human a en un lazo eterno de amor. Jesús es ahora, y será para siempre, completamente Dios y completamente hombre. Al decidir levantar su tienda y habitar entre nosotros, ha dejado claro que nunca nos abandonara. Aun si lo rechazamos (lo cual hicimos), aun si lo mataramos (que también lo hicimos), él permanece fiel a
nosotros para siempre.

“Señor Jesús, te doy gracias porque viniste a habitar entre nosotros, ¡a habitar conmigo!” Amen.