The Catholic Community of Northern Columbia County

“Mujer, ¡qué grande es tu fe!” (Mateo 15, 28)

¿Puedes imaginar que tu petición sea rechazada por Jesús en tres ocasiones diferentes, como le sucedió a esta mujer? Primero, Jesús la ignoró. Luego dice que él no fue enviado a los gentiles, solamente a los judios. Finalmente, sugiere que ella no es mucho más que un “perrito” (Mateo 15, 26). ¡Qué desalentador debe haber sido! Pero ella no aceptó su negación, y finalmente Jesús le concede lo que pedía. Pero, ¿realmente piensas que Jesús iba a dejar a la hija de esta pobre mujer bajo el dominio de una posesión demoníaca? ¿No sería posible, más bien, que él estuviera aprovechando esta oportunidad para enseñarles algo a sus discípulos?

Jesús les enseñó que la misericordia y el amor de Dios son para todos. Con sus palabras en este relato, parece enfatizar el hecho de que la mujer era pagana. Pero al final alabó su gran fe, dejando claro que cualquier persona que se vuelve a él con fe será bienvenida, no solo los “justos”, no solo los fieles judios.

“Ustedes saben que a un judio le prohibe su religión tener tratos con extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha enseñado que no debo llamar profano o impuro a nadie” (Hechos 10, 28). Como resultado de la actitud de Pedro, estos fueron los primeros gentiles en recibir el bautismo, y la Iglesia se abrió a las personas de todas las razas y contextos.

“Señor te pido que me ayudes a renunciar a aquello que obstaculice tu plan.” Amen