The Catholic Community of Northern Columbia County

“El que recibe a un profeta por ser profeta…” (Mateo 10, 41)

¿Quienes son estos “profetas” de los que Jesús está hablando?

En los primeros días de la Iglesia, era común que los hombres y mujeres fueran designados por los líderes como profetas itinerantes. Su misión era visitar otras iglesias y proclamar la Palabra de Dios, así como Jesús envió a sus discípulos según el relato del Evangelio de hoy. Se les llamaba profetas porque se les reconocía que podían hablar en nombre de Dios bajo la inspiración del Espíritu Santo. Se consideraba un honor recibir a una persona de estas en la casa y atenderla mientras esa persona servía a la iglesia, como lo hizo la mujer en la primera lectura de hoy que cuido a Eliseo, el profeta del Antiguo Testamento.

Sin embargo, con el paso del tiempo, aparecieron los falsos profetas y se opusieron a los jefes de las iglesias locales. Su presencia y su mensaje causó división y confusión. Debido a que este mensaje estaba lleno de controversia, la práctica eventualmente desapareció, y la función oficial de profeta recae más bien en los obispos locales.

Pero no significa que los profetas comunes desaparecieron de la Iglesia. Es más, actualmente siguen en medio nuestro. ¡Tú podrías ser uno! Espíritu Santo, te pido que abras mi corazón para que yo pueda escucharte hablar por medio de las personas que pongas hoy en mi camino.    Amen