“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos.” (Mateo 9, 36)
Trigo dorado que se alza alto, balanceándose con el viento. Frutos maduros que cuelgan de los árboles, tirando de las ramas. Jesús utilizó estas imágenes para describir a las personas que estaban preparadas para escuchar y responder a su mensaje de perdón y amor. Pero también usó la imagen de un rebaño de ovejas perdido, amenazado y confundido al mirar a las multitudes que lo seguían.
“¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje?” (Romanos 10, 14). Jesús vino como el pastor que nunca abandonaría a su pueblo. Pero aún durante su ministerio terrenal, Jesús no podía estar físicamente presente para todos. Entonces, como ahora, él llamó a los trabajadores para que se dirigieran a los campos y fueran sus
manos y su boca.
Recoger la cosecha es un asunto complicado. Significa salir a un mundo que es hostil hacia Dios. Significa anunciar la libertad a las personas que están atadas por el pecado. Significa oponerse a las estructuras sociales que transgreden los mandamientos de Dios.
¡Es tiempo de aventurarse! Pídele al Espíritu Santo que te guíe a personas que tengan un corazón dispuesto. Amen .
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