The Catholic Community of Northern Columbia County

“Tengo miedo” (Juan 12, 27)

¿Jesús tenía miedo? Esa es una descripción moderada de lo que el Señor estaba sintiendo. La palabra griega que Juan utiliza en este pasaje significa estar muy angustiado o sentir temor y terror. Es el mismo término utilizado para describir la reacción de los discípulos a la temible tormenta en el mar (Mateo 14, 26). Es la misma clase de angustia que el rey David sintió cuando lloró sobre el cuerpo sin vida de su hijo, Absalon (2 Samuel 19, 1) y la que sintió Lot cuando huyó de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19, 16).

¿Cuál era la causa de que Jesús sintiera tanta angustia? Era comprender que su “hora” había llegado (Juan 12, 23). Después de dedicar tanto tiempo a predicar y enseñar, a sanar a las personas y expulsar demonios, el tiempo de la pasión de Jesús había llegado. El Señor sabia que una tortura agonizante y una muerte lenta lo esperaban, y pensar en ello lo llenaba de temor. Sin embargo, Jesús también sabía que por muy terrible que sería, la cruz era necesaria si iba a salvarnos a nosotros del pecado. No sería fácil, no sería bonito, pero era necesario. Así que en lugar de negarse, se puso en las manos de Dios y confío en que su Padre lo acompañaria en medio del sufrimiento. Jesús nos amaba demasiado como para abandonarnos. 

Todos enfrentamos momentos en los que sentimos “miedo”. Podría deberse a que estamos viendo a un ser querido sufrir, o porque nosotros mismos estamos sufriendo. Es doloroso y difícil, pero no se puede evitar. Jesús sabe lo que es sentirse tan angustiado que quieres huir de todo. Y porque lo sabe, puede consolarte y ayudarte. “Señor, te pido que abras mi corazón a tu amor. Señor Jesús,
te necesito.” Amen.