The Catholic Community of Northern Columbia County

 “Vivan siempre alegres” (1 Tesalonicenses 5, 16)

Cuando San Pablo nos dice “vivan siempre alegres”  (1 Tesalonicenses 5, 16), pareciera que está pidiendo lo imposible, incluso hoy, en el domingo de Gaudete (alegría).

Santo Tomas de Aquino enseñó que la “alegria es causada por el amor” (Summa Theologiae II-II, 28). Cuando experimentamos el amor de Dios por nosotros, crecemos en amor por él, y este intercambio es lo que produce alegría en nosotros. San Pablo también sabía que el amor de Dios era el secreto para la alegría, y es la razón por la que a su exhortación de “vivan siempre alegres” le siguen acciones específicas que podemos realizar para experimentar su amor más profundamente:

Primero, oren sin cesar (1 Tesalonicenses 5, 17). Cuando abrimos nuestro corazón a Dios durante el día, él lo llena con su propio ser. La experiencia de su amor incondicional y su infinita misericordia provoca que le correspondamos su amor.      

Segundo, den gracias en toda ocasión (1 Tesalonicenses 5, 18). La gratitud también profundiza nuestro amor por Dios, especialmente cuando reflexionamos en quién es él y lo que ha hecho por nosotros. Y en este tiempo de Adviento, podemos dar gracias a Dios por enviar a su Hijo a la tierra para hacerse uno de nosotros.  

Finalmente, no impidan la acción del Espiritu Santo

(1 Tesalonicenses 5, 19). En su carta a los Romanos, San Pablo nos dice que “Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado” (5, 5). Si queremos más alegría en nuestra vida, podemos pedirle al Espíritu que despierte el amor de Dios en nuestro corazón.       Amen.