“Llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos.” (Marcos 6, 7)
¿Cómo crees que reaccionaron los apóstoles cuando Jesús les dijo que los estaba enviando a predicar, a curar a los enfermos y a expulsar demonios? Quizá tuvieron un momento de pánico, o al menos sintieron inquietud. Probablemente se preguntaron si podrían hacer lo que él les estaba pidiendo.
Sin importar cómo se sintieron, los Doce fueron capaces de ir y servir a los pueblos aledaños porque creían en Jesús. Si los estaba llamando a realizar este trabajo, entonces ellos confiaban en que él los ayudaría a lograrlo.
Esa es la clase de fe que todos necesitamos cuando Dios nos llama a hacer algo para lo que no nos sentimos calificados o nos sentimos indignos de hacer:
- Fe en que Jesús está realmente llamándonos y “enviandonos” de algún modo. Esa clase de fe requiere que confíes en que el tiene alguna clase de misión solo para ti y que a través de la oración o en la Adoración Eucarística, escucharas lo que él tiene en mente.
- Fe en que el Señor nos capacita para hacer su obra. Puede ser que solo veas lo que te hace falta, pero el Señor ve todos tus dones, aunque tu no seas consciente de ellos.
- Fe en que tus esfuerzos producirán fruto. Es posible que no veas mucho fruto inmediatamente, y quizá nunca lo veas durante tu vida.
Señor, te pido que llenes de fe mi corazón y me concedas unirme a ti en tu obra de salvación. Amen.
Comments
There are no comments yet - be the first one to comment: